REPORTAJE DE LA SEMANA
CUANDO EL FINAL DE LA VIDA ES SOLO EL INICIO
Morir de una enfermedad terminal supone sufrimiento,
deterioro progresivo, dolor y cambios profundos en el bienestar general de la
persona. El proceso puede tomar solamente días o semanas o puede durar años.
Uno de los factores que afecta seriamente la manera como la persona enferma y
su familia se adaptan a la enfermedad terminal es la edad de la víctima. Cuando
muere una persona de 80 años, la noción de ‘muerte’ pareciera ser más
‘apropiada’ que cuando muere una de 20. En este último caso la muerte suele ser
calificada como ‘inoportuna’ o prematura. En cualquier situación, adaptarse
supone dosis elevadas de ansiedad y de estrés, que, normalmente, pueden ser
enfrentadas apelando a distintos factores psicosociales capaces de modificar su
impacto sobre el individuo y
entre los cuales se mencionan el apoyo social y el sentido de control personal
(Ratlif-Crain y Baum 1990).
De un modo u otro, el enfermo y sus familiares más
próximos se las arreglan para lograr una adaptación razonablemente buena a la
condición actual. Al empeorar la condición y alcanzar la enfermedad las etapas
terminales, nuevas crisis emergen
y se requiere con urgencia enfoques nuevos para lidiar con el problema. Cuando
el enfermo es una persona de edad avanzada el shock pareciera ser menor. Los
viejos suelen pensar y hablar más sobre sus males y sobre su decreciente salud
y aceptan que sus días de vida están por terminar. Cuando, además, realizan una
evaluación de su vida pasada y encuentran que han logrado cosas importantes, la
dificultad para adaptarse a la enfermedad terminal es menor (Mages y Mendelsohn
1979). No ocurre lo mismo entre los niños, la gente joven y de mediana edad,
quienes siempre esperan la recuperación en medio de una gran ansiedad.
La mejor forma como enfrentar una enfermedad terminal es
demostrándole a la persona enferma mucho amor y acompañándolo en sus últimos
días
En algún momento de la vida se ha tenido que experimentar
esta situación con algún familiar cercano, amigo o conocido. Enfrentar una
enfermedad terminal lleva todo un proceso no solo para la persona afectada con
la enfermedad, sino para todo su entorno desde el familiar más cercano, hasta
el médico que lo trató.
El rol de la familia frente a un paciente con enfermedad
terminal
Lamentablemente la mayoría de las personas no saben como
afrontar la enfermedad terminal, por creerla penosa. Pero en realidad, los
familiares pueden hacer mucho ayudando al paciente a sentirse amado mas allá de
la muerte, es necesario enseñar a los familiares a entender que mostrar sus
emociones frente al paciente, hará más viable la despedida.
Es importante que el enfermo y la familia reciba un apoyo
terapeutico para enfrentar la enfermedad terminal, ya sea a nivel colectivo o
individual, lo que permitirá cerrar procesos, y hará que el paciente ya no se
sienta un ser extraño. El quedarse solo con el paciente y demostrarle sus
sentimientos son momentos que pueden quedar imperecederos en la mente de los
familiares, recordad que el tiempo es lo menos que se tiene y hay que actuar de
inmediato y no perder la oportunidad de demostrar lo mucho que se ama a la
persona que se va.
Cuando el paciente se entera de su enfermedad terminal
El más conveniente de dar esta noticia al paciente es el
médico tratante, él debe ser cuidadoso en explicarle al paciente que no quedara
solo. Que existen controles eficientes para enfrentar la enfermedad terminal y
medicamentos a suministrar que aliviarán su dolor y lo más importante que sus
familiares siempre estarán durante todo este proceso.
En los países latinos es frecuente ocultar la verdad,
quizás por razones culturales muy diferentes al mundo anglosajón en donde si se
comunica la verdad al paciente directamente. Frente a esta noticia es más que
probable que se angustie, se deprima, llore y tenga un sin número de reacciones
emocionales, estos irán cambiando a medida que vaya aceptando la situación,
lógicamente estas fases se presentan de manera distinta en cada paciente.
Fases por la que pasa el paciente con enfermedad terminal
Procedemos a enumerar las reacciones, y la primera con la
que se encontrará el paciente es la de impacto, al paciente le va a costar
aceptar la noticia. Luego de esta reacción vendrá la negación a aceptar tener
la enfermedad y buscarán nuevos diagnósticos o una segunda opinión de algún
otro médico especialista. Luego el paciente ingresa a un cuadro de rabia,
enfocado en muchos aspectos, dependiendo de donde el paciente puso sus
esperanzas de sanarse ya sea en su médico, su familia o la misma sociedad. En
esta fase es importante la tolerancia de parte de todos los allegados al
enfermo terminal.
Pasada esta fase, el paciente empezará a deprimirse por
pérdidas pasadas (es cualquier situación que le imposibilite hacer cierto tipo
de quehaceres en el periodo de la enfermedad terminal), esta es una etapa de
preparación para aceptar la muerte inminente. Esta es una etapa en que no
solamente es difícil para el paciente sino para los familiares, será muy
difícil pedirle al paciente que mire el lado alegre de las cosas y lo aleje del
pensamiento de su muerte, no se le puede pedir que no este triste al contrario
se debe comunicar de una u otra forma que puede llorar por la pérdida, es la
única manera de que pueda llegar a una fase de aceptación y de paz.
Finalmente llega la etapa de la aceptación de la
enfermedad terminal, aquí el paciente no se sentirá ni enojado, ni deprimido
debido a la fatiga y debilidad del paciente. Tendrá periodos prolongados de
sueño, su comunicación será más corporal que verbal, son pocas las emociones
que trasmite y piensa más en descansar.
Tengamos en cuenta que no todos los pacientes con
enfermedad terminal llegan o pasan por estas fases anteriores, muchas veces por
falta de apoyo de sus familiares o por negar experiencias de dolor que tuvieron
en sus vidas. Según, León J. Kass: “una muerte digna no consiste solo en la
ausencia de tribulaciones externas. La dignidad frente a la muerte no viene
conferida desde el exterior sino que requiere una grandeza de ánimo que
proviene de la persona misma que la afronta.”
YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA
Te
aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino
de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es
espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: ‘Ustedes tienen que renacer de
lo alto’.
El
viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni
adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu“.
Morir
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